¡Yo soy Gaby y quiero contarte un poquito sobre mí!

Estudié Psicología y Psicoterapia clínica por verdadera pasión, pero esta no iba a ser mi historia…

Estaba cursando mi tercer año de carrera en Ingeniería Industrial cuando me tocó tomar materias electivas como requisito para graduarme.

Mi mente inquieta necesitaba algo que me alimentara el alma, y como no había facultad de medicina (carrera que soñaba), materias en psicología parecían la mejor opción.

Me enamoré desde el día uno con la intensidad por estudiar que me caracteriza y parecía más estudiante de la facultad que cualquiera. Como dicen: “Todo psicólogo estudia psicología para tratar de solucionar algo de su propia vida”, yo no era la excepción.

Mi lucha crónica interminable con las dietas y el sobrepeso tenían un camino emocional que recorrer, y le doy gracias a Dios que me permitió conocer a mi terapeuta, quien me ha acompañado a los viajes más profundos de mi ser para sanar de verdad.

Algo que empezó como un requisito más para graduarme de Ingeniera se convirtió (luego de una gran crisis existencial) en la decisión más importante de mi vida. Fue mi primer despertar emocional, y a partir de ahí me atreví a tomar las riendas de MI VIDA para abrirle la puerta a la Gaby que realmente SOY.

Mi carrera ha sido un camino de crecimiento profesional, pero antes que eso personal, y lo que más deseo en el mundo es compartirlo para que más personas se atrevan a subirle el volumen a su voz interior y vivir la vida congruentes a su verdad, por encima de cualquier presión externa.

Mis estudios de formación en Psicología psicodinámica y Mentalización (MBT) han sido mi herramienta fundamental de trabajo para entender la complejidad de la mente y cómo esta se va construyendo a través de la historía única de cada ser humano.

Estos siempre serán mis pilares de trabajo, pero debo confesar que el convertirme en mamá me ha llevado a conocer y practicar más el Mindfulness y la Autocompasión. Estoy convencida que son ingredientes que si logramos cultivar adentro podrían cambiarnos la vida.

El “bichito” del crítico interior mezclado con el sentimiento de culpa pueden ser una combinación muy poderosa que sin querer podría “adueñarse” de nuestras vidas… Y es un alivio cuando nos atrevemos a mirarlos, ponerlos a un lado, tolerar nuestras imperfecciones, apreciar nuestro lado creativo, escuchar nuestra voz y empezar a vivir congruentes a nuestra verdad interior, sintiéndonos “suficientes”.

Valoro la vida como un tesoro preciado que tenemos por un tiempo indefinido, y lo que más me mueve en el mundo es que más personas se atrevan a vivirla de forma más plena, desde su verdadero SER y asegurándoles un modelo REAL, de carne y hueso, a las futuras generaciones.